lunes, 15 de julio de 2013

SAN IGNACIO Y BULLET TREE FALLS


Fachada de nuestra cabaña en Bullet Tree


San Ignacio, o el Cayo, como lo llaman sus pobladores, no es un lugar en el que haya mucho que hacer, sobre todo si no vives aquí. Es por eso que nos sentimos un poco desilusionados al haber abandonado la tranquila laguna de Crooked Tree y el Lodge del mismo nombre, para venir aquí a esperar noticias acerca de la posible entrada al Parque Nacional de Chiquibul con el personal del proyecto del guacamayo escarlata (Ara macao) y recibir las malas nuevas de que definitivamente no podemos acompañarles al monte porque el coche se estropeó y no hay un vehículo en el que llevarnos a todos.

Segundo alojamiento en que nos instalamos en San Ignacio


Deambulamos por el pueblo durante cuatro días, con los baños en el río Macal, que atraviesa esta población, como principal pasatiempo y método de lucha contra el asfixiante calor, esperando que cambie la situación y al menos podamos acompañar al equipo que realiza el seguimiento del águila solitaria (Buteogallus solitarius) en el Mountain Pine Ridge Forest Reserve. 


Río Mopán, en las cabañas
La pena no nos dura mucho, ya que al tercer día nos acercamos al pueblecito de Bullet Tree Falls, a un antiguo Lodge junto al río donde Pato, Rosaura y Camilo tienen su furgoneta y algunas cosas más, y a donde pensaban regresar estos días. Todavía no han llegado, pero el sitio está genial, pasamos buena parte de la tarde bañándonos en el río, y Mike, el dueño, nos ofrece una cabaña para alquilar por un precio mensual al que no nos podemos resistir.


Pasamos un día más en San Ignacio, tras el que decidimos mudarnos directamente a la bonita cabaña que nos ofrecen en Bullet Tree el 3 de mayo, mientras esperamos para participar en alguno de los proyectos de los que Roni es responsable.

Mercado del "Cayo"


Terracita
Disfrutamos un montón con nuestra nueva casa. A la comodidad de no tener que pensar qué hacemos con nuestras cosas si salimos a pasar unos días al monte, hay que añadir la inmensa tranquilidad del sitio, en el que disponemos de una cabaña de techo de palma con dos pisos, en la que nuestra habitación y el baño (equipados con todo lo necesario) ocupan la planta baja, mientras que arriba se encuentra la cama de Sahara y un espacio en el que jugar. En la parte trasera, una pequeña terraza con asientos y hamaca permite que disfrutemos de las veladas en el exterior sin salir del recinto de nuestro hogar.

Plataforma sobre el río
Fuera está la cocina comunitaria y un espacio mitad cubierto y mitad descubierto que hace las veces de comedor, desde el que vemos el río mientras desayunamos o comemos.
La plataforma sobre el río, a pocos metros de nuestra puerta, completa la imagen de la nueva residencia. En ella, hamacas y tumbonas invitan a relajarse después de un refrescante baño en las tranquilas aguas del río Mopán, donde jugamos, nadamos y nos tiramos desde una cuerda al agua varias veces cada día. Un par de plataformas más pequeñas sobre el cauce ofrecen diferentes lugares para disfrutar del baño para los distintos ocupantes de las cabañas.

Con Mike y Brenda en el comedor

Hay cuatro cabañas y una casa más grande, y al lado de la nuestra viven Mike y su pareja Brenda; en la más alejada, Mariano y Emilia, argentino y uruguaya amigos de Pato y Rosaura que comienzan su tercer mes de estancia en este sitio; la otra es la de nuestros amigos argentinos, que todavía no han llegado; y la casa grande está alquilada por Din, un estadounidense retirado una década mayor que nosotros.

Kinkajú
En nuestra segunda noche vemos a placer un kinkajú (Potos flavus), que duerme en una de las muchas palmeras cohune (Attalea cohune) o corozos que hay entre las cabañas y el río, pues nos dicen que se ve a menudo saliendo del interior de alguna de estas palmas. Este será unos de nuestros vecinos animales, que iremos viendo de vez en cuando, ya que un par de días más tarde vuelve a pasar a escasos metros de donde nos encontramos. Otros de estos vecinos peludos son los agutís (Dasyprocta punctata), que vemos a menudo desde nuestra terraza durante el día mientras escuchamos a los monos aulladores negros (Allouatta pigra) al otro lado del río; y los tlacuaches (Didelphis virginiana), que se dejan ver alguna que otra noche. Además nos comentan que en el río vive una familia de nutrias (Lontra longicaudis) que con un poco de suerte pueden observarse desde aquí.


Tlacuache


Búho moteado
Entre nuestros vecinos emplumados más destacados se encuentran los rascones cuelligrises (Aramides cajanea), los búhos moteados (Strix virgata), los trogones violáceos (Trogon violaceus), los loros frentiblancos (Amazona albifrons), los pericos aztecos (Aratinga nana), los tucanes pico iris (Ramphastos sulfuratus), los saltarines cabecirrojos (Pipra mentalis), cuatro especies de martines pescadores (Megaceryle torquita, Chloroceryle amazona, C. americana y C. aenea), el carpintero lineado (Dryocopus lineatus), la aguililla gris (Buteo plagyatus) o un gran bando de cormoranes neotropicales (Phalacrocorax brasilianus) que utilizan este tramo de río para pescar. 

Rascón cuelligrís

Además, una buena cantidad de basiliscos (Basiliscus vittatus) e iguanas verdes (Iguana iguana), de las que algunas son machos de gran tamaño, viven en los árboles de la orilla, ofreciéndonos buenos espectáculos mientras comemos en la plataforma descubierta del comedor.

Iguanas verdes

Es durante nuestros primeros días en la nueva residencia cuando Sahara empieza a bañarse en el río sin sus manguitos, y poco a poco dejará de usarlos para aprender a nadar sin ningún tipo de soporte. De hecho, gana confianza con cada minuto que pasa en el agua, circunstancia a la que ayuda bastante la existencia de la cuerda, desde la que le encanta lanzarse una y otra vez sin ningún miedo a la caída ni al posterior chapuzón, con el que desaparece completamente bajo la superficie del río para aparecer riéndose a los pocos segundos. 

Bajando el río montados en neumáticos

Otra de las diversiones acuáticas de que disponemos es la de descender un tramo del río montados en dos cámaras de neumático que hay en las instalaciones, y desde las que podemos de disfrutar de la visión de las orillas y de un baño un poco distinto.

Sahara amanece un día con unos pequeños granitos alrededor de la nariz, a los que no damos demasiada importancia aparte de la de aumentar la higiene del enano, lavándole con agua y jabón varias veces al día. A pesar de eso, no se van, sino que van creciendo cada vez más y convirtiendose en pequeñas llagas, que se le extienden a otras partes de la cara (aunque no era tan grave como suena). Dos o tres días más tarde, antes de acostarse a dormir y cuando ya pensábamos llevarlo al médico al día siguiente, se da un golpe y se hace una herida abierta en un dedo del pie que hace que se despierte de noche quejándose de dolor en la pierna. Por la mañana no puede apoyarla ni caminar, así que lo llevamos al hospital, y resulta que tiene una infección bacteriana. No es grave, pero debemos atacarla con antibióticos para que no se extienda más y deje de dolerle la pierna.

Sahara y Camilo jugando a pintarse con carbón

El día 6 llegan desde Caye Caulker nuestros amigos Pato, Rosaura y Camilo, así que Sahara podrá jugar con un amigo sin tener que salir de casa, algo que ya llevábamos tiempo deseando y les va a venir muy bien a los dos, aunque durante unos días no va a poder bañarse con él en el río debido a su infección. Para nosotros su llegada también supone una mejora, y compartimos veladas, vemos peliculas juntos y Carmen aprovecha para practicar yoga con Rosaura y aprender algún punto nuevo de macramé.

Rosaura y Carmen haciendo yoga en un entorno muy relajante


El día 10 me voy con Roni a Mountain Pine Ridge. La familia no puede acompañarme para que el pequeño se recupere del todo, así que se quedan en las cabañas disfrutando de la compañía de nuestros nuevos vecinos y de los baños en el río mientras yo disfruto unos días de algo de monte, que relataré en la próxima entrada.

Más fotos:
De San Ignacio:

Amanecer en la habitación de nuestro alojamiento 

Pobladores en el río Macal:



Bautismos

En la calle de nuestro alojamiento

Rasta

Black & white

En las cabañas y el río Mopán:

















Sahara tocando con Mike:


Alex (hermano de Mike) y un colega arreglando un djembé:



Haciendo yoga:




Camilo y Sahara disfrutando juntos de las cabañas y los ríos Mopán y Macal:





Algunos fotos de la fauna que rodea nuestra nueva casa:
Kinkajú:


Agutí:



Rhynchonycteris naso, habitantes de la plataforma:






Carpintero lineado:


Rascón cuelligrís:

Trogón de collar:


Iguanas verdes:





Basiliscus vittatus:




Algunos vídeos:
Jugando en el río Macal:


Saltarín cabecirrojo (Pipra mentalis) que nos vino a saludar a nuestra llegada (la verdad es que no lo volvimos a ver nunca más):
                                     


                         Este es el lugar en el que tenemos nuestra cabaña en Bullet Tree Falls:

Y la cabaña:

Sahara y Carmen saltando al río desde la cuerda:







Sahara y Mike tocando juntos:


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