jueves, 7 de febrero de 2013


CHACAHUA, PARQUE NACIONAL DE LA COSTA DE OAXACA. PASAMOS LAS FIESTAS ENTRE PALAPAS, BAÑOS EN EL MAR Y PESCADITOS RICOS


Parque Nacional Chacahua. Llegamos en lancha por el canal de la izquierda, que gira al fondo a la derecha hacia la laguna. El pueblo está partido en dos por la bocana, y nuestra palapa es casi la última de la playa que se pierde hacia el final de la foto. Toda la vegetación es manglar y la panorámica está sacada desde el faro. 


En un paseo a orillas del mar 
Algo más de ocho horas en combi separan la ciudad de Oaxaca de Puerto Escondido, nuestro siguiente destino a orillas del Océano Pacífico. 
Pensábamos estar sólo de pasada en este pueblo costero, mezcla de tradición pescadora y turismo desenfrenado, pero una repentina subida de fiebre y tos por parte de Sahara, nos detiene aquí durante cuatro días. 
A pesar de eso, caminamos algo por la costa y visitamos una laguna costera cercana, e incluso cae algún baño, después de tanto tiempo lejos del mar, aunque la verdad es que estamos deseando seguir nuestro camino hacia lugares un poco menos estropeados.

Panorámica de Puerto Escondido. Tiene buenas playas, pero está muy masificada para nuestro gusto

En cuanto el enano se mejora un poco, decidimos que lo mejor que se puede hacer para que vuelva a estar totalmente sano, es llevarlo a una playa hermosa donde pueda disfrutar del mar. Efectivamente, la playa, la laguna y el pueblo de Chacahua, situados en el Parque Nacional del mismo nombre, terminaron de curarlo.
No se cómo describir el buen rollo que nos dio el sitio, y eso a pesar de que estaba bastante lleno de gente debido a las fechas en que estamos, pero lo cierto es que nos quedamos nueve días, en vez de los tres o cuatro que pensábamos al principio.

Canal entre manglares en la laguna


Camino del pueblo de Chacahua
Partimos hacia el P.N. Lagunas de Chacahua el día 24 de diciembre, nochebuena, y para llegar hasta allí salimos de Puerto Escondido en una combi que nos dejó en el cruce de Zapotalito. Aquí nos recogieron en su coche unos chicos de Nayarit que no tenían muy claro si ir a conocer la laguna hasta que decidieron acercarnos hasta allí. Después tomamos una lancha, y nuevamente nos subvencionaron parte del viaje nuestros nuevos amigos, gracias a los cuales hicimos a menos de la mitad de precio el tour guiado por los manglares de la laguna, que nos llevó hasta la aldea pescadora de Chacahua.

Lo primero que hacemos nada más llegar es acoplarnos en una sombra para comer, ya que traemos comida preparada desde Puerto Escondido, luego algunos se dan un bañito mientras otros leemos un poco, y ya tenemos una muestra de lo que van a ser los próximos días aquí: sobre todo leer, descansar, relajarnos en las hamacas, bañarnos, comer pescados y mariscos y socializar.

Playa de Chacahua, donde después de nuestra palapa, prácticamente sólo había una desierta extensión de arena de varios kilómetros de longitud



Recorremos la zona de palapas (modestos restaurantes playeros con techado de hojas de palmera) hasta el final y nos instalamos en una de las últimas, en la que no hay apenas gente y donde se puede acampar gratis a cambio del consumo realizado en el restaurante.

Nuestra cena navideña consiste en pescado fresco y cerveza, seguido de un poco de mezcal y yerba oaxaqueños, todo ello degustado descalzos sobre la arena y en camiseta de manga corta a orillas del mar. Una vez más nos encontramos en un trozo de paraíso.

Horacio, Sofi, Teo, Emanuel, Sahara Ugatz, Andrea,
Marcos y Carmen en el chill out de la palapa
Durante toda nuestra estancia compartimos palapa con un grupo de gente plurinacional: Teo y Sofi, hermanos chilenos de Santiago y su amiga Eli; Andrea, asturiana y Emanuel y Horacio, mexicanos del Distrito Federal, la mayoría compañeros en la UNAM (Universidad Nacional de México). Sahara hizo muy buenas migas con todos ellos, y hasta los acompañaba a bañarse juntos o se quedaba con ellos mientras nosotros dábamos una vuelta. Por nuestra parte, conversamos bastante con ellos y pasamos buenas veladas, amenizadas por el fuego y las canciones, la guitarra y el cuatro de Teo.

"Aprendiendo" a tocar el cuatro venezolano 

Algo hicimos a parte de vaguear, vivir bien y ver pasar los días, y alguna vez salimos a ver pájaros al amanecer o al atardecer, encontrando especies nuevas como en todos nuestros destinos hasta ahora.
Pescadores locales cerca de la bocana

El pueblo de Chacahua, en el que habita la única población afroamericana de México (junto con otras comunidades de los alrededores), está dividido en dos por el desaguadero que une la laguna con el mar, y un día lo cruzamos en lancha para observar las vistas que se divisan desde lo alto del faro que está al otro lado, puesta de sol incluida.



Antes de que atardezca aprovechamos para visitar el cocodrilario, que reproduce a estos saurios con el objetivo de utilizarlos en futuras repoblaciones en zonas naturales del estado. Hacemos un recorrido guiado en el que nos cuentan que aquí conservan ejemplares de cocodrilos de río (Crocodylus acutus) y de pantano (C. moreletti), e híbridos entre estas dos especies (muchos de ellos hibridados en la laguna tras la introducción en esta del cocodrilo de pantano, habitante de la vertiente caribeña que no existe de forma natural en el Pacífico, y capturados a posteriori), además de algunos caimanes (Caiman crocodilus).


Algunas imágenes del cocodrilario


La tortuga de arriba es negra, las demás olivaceas
Después de esta visita bajamos a la playa de este lado, más salvaje, y nos encontramos a un trabajador del vivero de tortugas y a sus dos hijos pequeños soltando un pequeño grupo de crías de tortuga recién nacidas, de las especies olivacea (Lepidochelys olivacea) y negra o prieta (Chelonia agassizii). Además de ejercer como guardián de las tortugas otra vez y de soltar a los pequeños quelonios, Sahara se lo pasa muy bien jugando con sus nuevos amigos durante el rato que estamos en la playa. Después subimos al faro y encontramos allí a nuestros compañeros de palapa, con los que disfrutamos de las espectaculares vistas de la laguna, la playa y el pueblo y de un bonito atardecer sobre el mar.

Soltando las pequeña tortugas

También hacemos un par de patrullas nocturnas en busca de tortugas por la playa, ya que estamos en época de nacimientos y todavía continúa la temporada de puestas, pero estamos en una fase de la luna en la que no tenemos muchas posibilidades de ver gran cosa. Efectivamente, ninguno de los dos días vemos nada y terminamos dando vuelta cuando Sahara dice que ya está cansado y quiere irse a la cama.


Para el enano estos días han sido inolvidables, pues aparte de sus colegas de más edad, pudo relacionarse con gran cantidad de niños e hizo una amiga permanente en uno de los restaurantes playeros que había en el pueblo, donde fuimos a comer casi todos los días a la vuelta del baño para que pudiera jugar con su amiga Alison.



Pero lo mejor fue el agua. Baños en el mar, donde las olas rompían con fuerza, dando mucho juego para divertirse saltándolas, dejándose arrastrar o intentando surfearlas, y baños en la laguna, donde el agua está más tranquila y se puede nadar más a gusto. Casi todos los días íbamos al menos una vez a uno de los embarcaderos de madera del pueblo, desde donde tanto Sahara como nosotros pasábamos las horas tirándonos desde la pasarela. El pequeño está mejorando mucho con las clases de natación y, aunque cuesta bastante que lo intente sin manguitos, con ellos ya nada hacia adelante, hacia atrás, hace el muerto y se maneja con suficiente soltura en el agua, sin importarle estar en la zona en que no hace pie.


Haciendo el muerto

Lo dicho, un pequeño paraíso en el que hemos tenido tiempo para disfrutar de distintas actividades para toda la familia, a pesar de tomárnoslo con mucha calma y de haber pasado muchas horas tumbados en la hamaca o en los sillones, leyendo y socializando con nuestros compañeros de palapa. 

¡Y que dure la buena vida!

Sendero costero y faro de Puerto Escondido

Paradita a orillas del mar

En el paseo de noche

                                               De camino hacia Chacahua por los canales del manglar:



Nuestra casa en la palapa durante casi semana y media

De siesta

Después de buscar el tesoro con su amiga Andrea

De camino al baño en el mar

Esperando la puesta de sol

En el faro, con Teo, Sofi, Emanuel, Andrea y Eli

Puesta de sol

Jugando con unas cariocas

                                                                       Algunas imágenes del pueblo:



Restaurante de Alison

Amigas de la laguna

"Pescando"

                                   El indio en la playa de la laguna, con sus flechas de espinas de pez:


                                                               Jugando con Alison en su restaurante:


                                                        Y con sus compañeros guardianes de tortugas:




                                                               Saltando en una cama elástica:      



Cartel explicativo en el cocodrilario

Manejo de un gran cocodrilo

Administración de suero

                                                           Carneando un pez vela recién pescado:



Pelícanos pardos (Pelecanus occidentalis)

Sternas y rayadores americanos (Rynchops niger)

Pelícanos

Garceta grande (Casmerodius albus)

Descanso en la barra de arena

Exoesqueleto espinoso de un pez globo

De vuelta en Puerto Escondido:

                                                Tiendas de santos, brujerías y plantas y remedios naturales:








Vídeos de los pájaros del manglar (Pelecanus occidentalis, Sterna caspia, S. maxima, S. sandvicensis, Rynchops niger, Larus atricilla, Egretta rufescens...)


1 comentario:

  1. conozco chacahua es un lugar hermoso !!! estuve ahi tres dias, mucha relacion dias soleados, platicas y agua!! llegue a su blog buscando fotos de chacahua y lei todo, es una hermosa aventura me facino, la forma de narrarla tan detallada y bonita, gracias por compartirla :D

    ResponderEliminar